El deterioro de las capacidades mentales se está manifestando como uno de los mayores retos que tiene que afrontar la medicina actual. Las personas manifiestan grados diversos de pérdida de memoria; incapacidad de procesar mentalmente toda la información que les llega; sienten que se les dificulta el habla e incluso llegan a coordinar mal sus piernas y manos. Estos síntomas terminan por degenerar en diferentes clases de enfermedades tales como la demencia senil y la enfermedad de Alzheimer o el Parkinson. Las causas se subdividen, según los expertos, en genéticas y en las que provienen del modo de vida.
Sin embargo, dichos síntomas, comienzan a manifestarse de una forma progresiva desde los 40 años de edad. Uno de cada 20 españoles y españolas tienen pequeños olvidos, pérdida de memoria y falta de concentración. Y estos mismos síntomas afectan también a uno de cada 10 ancianos mayores de 65 años.
La Medicina Convencional no suele dar especial relevancia a todas estas señales y descuida, a menudo, la prevención. Sin embargo, la Medicina Natural, más preocupada “por prevenir que por curar” se toma muy en serio la estimulación mental, el ejercicio físico, la dieta y los suplementos que procuran una buena nutrición a la neurona, la principal unidad funcional de nuestro cerebro.
Dentro de las terapias naturales existen una serie de suplementos a la alimentación que permiten a la persona el rendimiento correcto de sus funciones mentales.
En primer lugar deberíamos hablar de la lecitina de soja y de un compuesto activo derivado de ésta llamado fosfatidilcolina. Este compuesto natural acelera las conexiones neuronales y ayuda a mantener una alerta mental y una memoria óptimas.
También se ha investigado recientemente la fosfatidilserina. Se han realizado diversos estudios con dos grupos de ancianos. Al primer grupo se les suministró 300mg de fosfatidilserina durante 3 meses y a los del segundo grupo solamente unas cápsulas con una sustancia inerte. Pues bien, al cabo de esos tres meses, los ancianos del primer grupo consiguieron “rejuvenecer” hasta 12 años sus capacidades de retención, memoria y capacidad de aprendizaje. Debemos recordar, sin embargo, que la ingesta de fosfatidilserina es incompatible con aquellas personas que tomen anticoagulantes.
Otro magnífico suplemento es el aminoácido L-glutamina, una especie de “gasolina de alto rendimiento” para nuestro cerebro. Son nuemrosos los estudios que han demostrado una clara relación entre la ingesta de L-glutamina y la mejora de las funciones cerebrales.
En el área de la fitoterapia se deben citar dos plantas de enorme y contrastada eficacia en la mejora de las capacidades mentales: el Ginkgo biloba y la Rodiola.
El Ginkgo biloba es un árbol de los más antiguos del planeta, con unas hojas ricas en ginkgoflavonósidos, de comprobada eficacia en la oxigenación de las neuronas. El Ginkgo biloba mejora extraordinariamente la circulación y la oxigenación cerebral y, con ello, la memoria.
La Rodiola, es una planta de origen euroasiático, de reconocida capacidad para reducir la fatiga mental y evitar el estrés nervioso. Hay un dicho popular en Siberia que dice «Aquel que beba té de Rodiola vivirá más de 100 años«.
Para finalizar, recordar que para obtener unos buenos resultados, el alcohol, la cafeína y el azúcar deben ser evitados o consumidos con moderación. Y que se tienen unos grandes aliados en suplementos nutricionales tales como la lecitina de soja, la fosfatidilcolina, la fosfatidilserina, la L-glutamina. el ginkgo biloba y la rodiola.
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